Suspiro las lunas de agosto...

lunes, septiembre 20

Sábanas (Ella)

Para una persona muy especial,
que prometí hace tiempo lo escribiría.
Gracias mi amiga, nunca te dejaré sola.


No ha pasando mucho tiempo realmente. Naturalmente esto no lo entendía, esto parecía ser un nuevo mundo- y vaya que lo es- jamás me había sentido tan bien y comparándolo con el final esto es la gloria.

Sigo atada, agotada y encadenada a una sola cosa: Mi motor.

Ella no se ha olvidado de mí y yo tampoco lo he hecho, siempre ha estado su luz encendida en mi corazón no latente, en mi espíritu.

Todos los días, cuando ella se acuesta y cierra por fin los ojos, tocos sus mejillas, la beso y luego recuerdo los primeros momentos que la tuve en mis brazos.

Aguardo…aguardo toda la noche hasta el amanecer para ser su guardián. Me percato de que vuelva a abrir los ojos y volver a ver su resplandeciente belleza. Es lo único que podría necesitar para seguir aquí

Cuando ella me habla, con fuerzas, con suplicas, regreso a ella. ¿Qué es lo que debería hacer yo? No hay ningún otro sonido que pueda seguir aun con mi ceguera y acudir.
A veces, el dolor me invade, solo de ver sus lagrimas rodar por sus labios y sentir su desesperación en mi, quisiera yo abrazarla, no verla mas así.

* * * * *

Pasan los días, los meses. Y yo tengo que irme, no para dejarla sola, ni dejar de quererla y menos olvidarme de ella. Solo necesito salir de aquí para no atormentarla más y aun que sea a lo lejos, estar con ella: como un ángel. Estar a su lado y permanecer.


Sus ojitos de bebé, sus rizos y su piel me harán amarla por siempre y la esperaré, aquí sentada para otra vez poder amarla como siempre lo he hecho.

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