Suspiro las lunas de agosto...

martes, diciembre 21

The one that makes me scream...

Que el frío no deja de torturar la punta de los dedos de mis pies, que la madrugada me esté aplastando y me deje respirando, que las manos me suden y resbalen tan grotescamente con una lentitud interminable, que infinitas melodías estrangulen mis oídos sordos, que los ojos me pesen y no los pueda cerrar, que la oscuridad liquide mis pensamientos tan flamables… No, eso ya no importa.

miércoles, octubre 27

¡Cállate y vete!

Sé que quiero escribir, pero no quiero hacerlo.
Quisiera irme a Australia, a China, al fondo del mar. Realmente, ya no importa.
Yo jamás sentiré "las personitas". Ni siquiera regresarán, así que ¡vete!

Final y punto.

lunes, septiembre 20

Sábanas (Ella)

Para una persona muy especial,
que prometí hace tiempo lo escribiría.
Gracias mi amiga, nunca te dejaré sola.


No ha pasando mucho tiempo realmente. Naturalmente esto no lo entendía, esto parecía ser un nuevo mundo- y vaya que lo es- jamás me había sentido tan bien y comparándolo con el final esto es la gloria.

Sigo atada, agotada y encadenada a una sola cosa: Mi motor.

Ella no se ha olvidado de mí y yo tampoco lo he hecho, siempre ha estado su luz encendida en mi corazón no latente, en mi espíritu.

Todos los días, cuando ella se acuesta y cierra por fin los ojos, tocos sus mejillas, la beso y luego recuerdo los primeros momentos que la tuve en mis brazos.

Aguardo…aguardo toda la noche hasta el amanecer para ser su guardián. Me percato de que vuelva a abrir los ojos y volver a ver su resplandeciente belleza. Es lo único que podría necesitar para seguir aquí

Cuando ella me habla, con fuerzas, con suplicas, regreso a ella. ¿Qué es lo que debería hacer yo? No hay ningún otro sonido que pueda seguir aun con mi ceguera y acudir.
A veces, el dolor me invade, solo de ver sus lagrimas rodar por sus labios y sentir su desesperación en mi, quisiera yo abrazarla, no verla mas así.

* * * * *

Pasan los días, los meses. Y yo tengo que irme, no para dejarla sola, ni dejar de quererla y menos olvidarme de ella. Solo necesito salir de aquí para no atormentarla más y aun que sea a lo lejos, estar con ella: como un ángel. Estar a su lado y permanecer.


Sus ojitos de bebé, sus rizos y su piel me harán amarla por siempre y la esperaré, aquí sentada para otra vez poder amarla como siempre lo he hecho.

domingo, septiembre 19

lunes, septiembre 6

Déjame ver tu cara.
Hoy no he tenido suerte con la inspiración
Hoy no he podido dormir.
Por favor.

Déjame ver tu cara.
No la haré de óleo
Ni siquiera en mármol
... tú eres arte, obra maestra

Y déjame ver tu cara
Para besarte... besarte de nuevo
¿Y cómo he podido besarte
si ni un suspiro he sentido de ti?

Si no me dejas mirarte
Solo deja de intimidarme...
Solo deja de hacerme cobarde
No quiero ser de ti...


J

domingo, septiembre 5

"Viejo estúpido, aprenda a manejar"... Esa señorita si que debió llevar prisa. Hubiera sido mas adecuado decir "¡Es una suerte que siga manejando, viejo!": menos inofensivo y más cierto.

Despegué las llaves y el dolor de huesos me atacó de nuevo, intente ignorarlo y guardé lasl laves en mi bolsillo y al abrir la puerta... una nube grande, oscura, con destellos de colores, de todos los colores, aterrorizante pero a la vez tan hermosa, me nubló la vista por completo. ¿Qué demonios fué eso? Pronto parpadeé un ciento de veces para borrar la nebulosa, en vano. Dejé pasar unos segundos y la nube fue aclarándose poco a poco. Y de pronto…

¡Cielos! jamás me había encontrado tan... ¿renovado?, sentí mis huesos como nuevos, mis pies y mis manos mas rápidas de lo que había podido hacer los últimos días. Ya no me dolían como hace unos segundos Y mi piel... ¡Mi piel! tan hermosa, con un color tan vivo. No entendí que había pasado pero, esto estaba siendo maravilloso.
Caminé unos 10 pasos solo para ver que tan bien me sentía haciéndolo y efectivamente. ¡Victoria!. Si: algo raro estaba pasando, aunque bueno.
Camine hacia mi casa, ahora tenia mil cosas que quería hacer hace años. Limpiar mi garaje, acomodar los documentos que dejé abandonados en las repisas llenas de polvo, quizá también arreglar mi auto (ese sonido no me estaba gustando). Tantas y tantas cosas que dejé.

Pasaron las horas y termine las cosas que tenia que terminar... sobraba tiempo aún. Y la luz del día seguía viva. Decidí salir al porche de la casa... y al abrir la puerta una bocanada de luz me ataco, a mí y a mi cuerpo nuevo y joven. De pronto la luz no era solo un montón molestando, era Julia. Mi dulce Julia.Sentí otra vez su piel, tibia, luminosa, real y viva. La última vez que la toqué estaba tan fría, tan quieta: que ahora sentir su calor, su blanca sonrisa, su profunda mirada borraba los 2 años de soledad a los que me había encadenado.
Se veía tan hermosa como siempre, como el día que por primera vez la vi y el día que la vi morir. El lunar en su mejilla izquierda, sus hoyuelos al sonreír, su cabello quebrado y dorado. Su piel cristalina... volví a ser suyo.Y me dijo -¿Recuerdas? Hasta la eternidad-

Un último sonido pude oír: Está muerto

sábado, septiembre 4

Y ¿Qué tengo que decir mas que fué una buena tarde?
Un buen dia de teatro, galerias y Metro...

Quisiera hacerlo de nuevo...

viernes, septiembre 3

En día de mayo

Vaya que ha sido un largo camino, he estado sentada por horas y mis pies empiezan a acalambrarse. Quisiera pensar que estoy sentada sobre el pasto verde, sintiendo la humedad de el y su natural nacimiento, pero no es nada mas que el molesto tiempo transcurriendo aquí.
¿A veces me pregunto...? En realidad quisiera preguntarme algo, pues las preguntas reales, aun no han de aparecer. Nada de preocupaciones, ni de parajes complejos.No escucho más que risas y pláticas en voz baja que parecen zumbidos de abeja repiqueteando todo un día entero y después padecer las consecuencias en la noche silenciosa, esperando de nuevo el sonido ensordecedor.

¡Basta!... me está matando este asiento vacío a mi izquierda, quizá debí perderme en la beatitud de mi sueño y desentenderme de la bochornosa falsedad de esos "melódicos sonidos": para luego encontrar, al abrir los ojos, lo que en verdad he esperado. Aunque resulta de lo más tedioso tratar de desaparecer.
Parece sencillo entender que los demás disfrutan su viaje, mientras yo, trato de no charlar con el vacío izquierdo.
Hasta que todo pasó como un rayo de diluvio en mayo, moroso y vehemente.

Solo bastó un segundo para oír decir: Sí, ese es mi nombre. Y ahí, comenzaron las preguntas...